Pensar que hace tan solo un año estabas aquí, y ahora lo único que queda son los recuerdos. Tu olor en todas aquellas noches, que vuelve a mí en cada susurro. Nietzsche decía que el olfato era el único sentido que no nos engañaba... Han pasado noches enteras, y me he despertado en medio de ellas, he visto tu cara en el reflejo de mi habitación, y al respirar mis pulmones se han llenado de ti, de tus besos y de tu olor. He tratado de olvidar todos los recuerdos y enterrar mis sentimientos, pero siempre se las apañan para salir a flote. Me han engañado todos mis sentidos empezando por mi corazón, mi mente ha vivido más allá de la realidad, y mis labios te han besado cuando ya no estabas. Hoy sería el día perfecto para iluminar la parte del planeta que está apagada, porque me sonríes y creo que vuelves a cuidarme. Pero hoy es martes y yo sigo en mis trece.
Dejé de fabricar sonrisas el día de tu partida, y en cada palabra que se me escapa sobre ti, miles de mariposas salen volando, como si fueses tu quién crea la primavera.
Has dejado de salvarme en cada intento suicida, y ya no sé si me encuentro vacía o llena de nada cuando te miro y veo tus ojos llenos de amor que ya no existe.
Me he sumergido junto a todos mis miedos, y ninguno de ellos se ha ahogado, me he partido en dos, porque nadie más que tú me ha visto cuando era invisible...
He dado media vida por un segundo en tu mirada, por una llamada en la que suene tu voz, y me ha parecido una pesadilla sin final, porque no llegabas.
Cerré la caja de los recuerdos y decidí abrir una con el nombre de "cosas que decirte", miles de veces he escondido mis palabras entre las cuerdas vocales, y nunca han querido salir de ahí.
Hice huelga de hambre por ti más veces que noches salió la luna, y aunque ya no nos bebemos, algunas noches todavía me duran tus resacas.
Pero tranquilo que cuando nos rompimos decidimos tomar caminos opuestos, sin saber que la tierra era redonda. Ten paciencia que algún día nos volveremos a chocar.
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