Eres tú.
Te miro, no logras verme, me olvido de cómo viven las estatuas para ir saltando los obstáculos que no me dejan tocarte. Y corro, como jamás en mi vida he querido hacerlo.
Me separan metros, centímetros, milímetros. Y me cuelgo de ti, me adhiero a ti, soy parte de ti, me fundo contigo. Te abrazo como si fuera nuestra primera y última despedida.
No te dejo respirar, y en vez de soltarte, voy y te beso. Creo que no puedo ser más feliz.
Y entonces hablamos, en realidad no lo recuerdo muy bien, pero cómo te miraba, el mundo no existía para mí.
Te toco el pelo y me siento morir, porque es real y te estás riendo. Sonríes, te juro que sonríes y no puedo dejar de sonreír yo tampoco. Te vuelvo a abrazar, te abrazo tanto y tanto y me sigue pareciendo tan poco.
Y me coges, y me dices algo y los minutos se agotan.
No, por favor. Detén el tiempo, quédate conmigo. Deja que exista un nosotros efímero.
Y cuando menos me lo espero me agarras y me abrazas y me lo dices con esa voz con las que tantas veces he soñado, pero esta vez es de verdad. Y por un momento tú eres el lugar más seguro del mundo.
Oigo ruidos, el tic-tac del reloj me acojona y me aferro a la esperanza de que decidas quedarte, pero queda poco, la gente sube, tú miras, yo no quiero mirar. Me dices que es la hora y yo no quiero, de verdad que no.
Te envuelvo en un millón de abrazos y besos para que no se te ocurra olvidarme. No me olvides, quiero decirte.
Y tu te vas alejando, y me miras, y te miro, y subes y te vas, te vas, te vas...
Ya casi no logro verte. Me gritas "ven" con la mirada, o solo espero que me digas eso.
Y espero, mucho, aún más, hasta que veo que te marchas. Te sonrío, te digo adiós, nos volvemos a mirar, por última vez. Ya no existes, se acabó.
Me quedo quieta, muy quieta. No soy capaz de moverme. Al cabo de un rato logro caminar y las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos descontroladamente.
Me da igual que la gente me mire, sólo existo yo. Salgo de ese sitio, ya no me parece tan bonito.
Creo que lo odio. Y espero a otro autobús, otro más... ya no te espero a ti.
Y dejo que me consumas durante unos minutos, porque todavía te siento, porque todavía estoy viva.
By Carolina
No hay comentarios:
Publicar un comentario