.comment-body { background: #E6E6E6; color: #F6CEF5;

lunes, 17 de diciembre de 2012

Me estoy cansando de la vida.

Me estoy cansando, cansando de seguir luchando, de vivir siempre la misma historia, de dar y no recibir. Me estoy cansando de todo, si porque la vida se está convirtiendo en una monotonía. En un camino largo lleno de piedras que cada vez se hacen más grandes, y cuando parece que van desapareciendo, siempre aparece otra el doble de grande que me impide seguir. Dicen que después de la tormenta sale el sol y llega la calma, pero supongo que mi sol ya salió y ahora es momento de que se esconda. Demasiadas desilusiones, demasiadas pocas ganas de nada, y muchas ganas de tirar la toalla, abandonar la batalla. Supongo que debo de llevar un cartel colgado que ponga soy gilipollas. Pero a fin de cuentas antes de empezar ya sabía lo que había, quizás no lo había querido entender, quizás me taparon los ojos con palabras bonitas, pero ahora todo aquello que no quería escuchar lo tengo grabado en mi memoria, recordándolo cada segundo, y abriendo cada vez más la herida. Cada minuto, cada hora, cada semana que pasa la herida sangra más y más al contacto de alcohol. Se me están apagando los ojos, mi sonrisa a huido a lugares que aún están por descubrir, y lo peor de todo, la gente que de verdad me quiere sufre conmigo. Y se preguntarán que ha pasado con esa chica loca que siempre estaba feliz, sonriendo y sacando sonrisas a la gente. Decirles que esa chica se marchó hace poco, y quizás no la vuelvan a ver jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario